lunes, 13 de julio de 2009

Placeres Violentos (4)

Seguí viendo la página, realmente un metamorfo tendría que haber escrito esto.
La página rezaba:
" Los metamorfos se dividen en 3 clases, según sus dones:
- Memorfus: Sangre verde, dones mentales.
-Tamorfus: Sangre morada, dones externos.
-Cytlomorfus: Sangre azul, dones con los elementos y objetos.
Los metamorfos tienen en común que el cambio de su forma no implica la frase anterior, sino que su cuerpo está diseñado para hacerse transparente en cuanto la persona piense en esa acción".

Transparente. Invisible. ¿Alguna vez había pensado en volverme invisible?Nunca, así que es casi imposible que lo haya practicado antes.
Caminé hacia el espejo de la esquina izquierda de mi habitación y vi mi reflejo. Seguí las órdenes de la página, cerré los ojos, y luego de treinta segundos decidí abrirlos.
Lo que vi me impactó.
No había nada, se podia ver mi habitación pero yo no estaba presente en el reflejo del espejo.
¿Qué otra cosa rara podriamos tener aparte de esto?
Con el don y la invisibilidad encontraba que era suficiente. Mi sangre es verde así que supongo que tengo dones mentales ¿Pero cuál será?
Ya había pasado media hora desde que Alex se había ido, así que decidí llamar a Antonio.
-Aló, ¿Se encuentra Antonio? Lo llama Annalis.-
-Hola hija, lo llamo enseguida, espera- Era su madre, Consuelo. Siempre tan simpática conmigo.
-Gracias-
Esperé en el teléfono mientras dibujaba garabatos en una hoja de papel.
- Aló, ¿Amor?- dijo aquella voz tan familiar.
-Si, Antonio, soy yo Annalis ¿Como estás?-
-Bien, aqui, apunto de ir a tu departamento ¿Qué sucede?-
-Nada¿Es que no puedo llamar a mi novio?- contesté en tono de broma.
-Te conosco, y sé que no llamas porque se te ocurrió la idea de llamar- reprochó.
- Bueno, te llamaba para que vinieses a mi casa, necesito hablar de algo muy importante para los dos- le dije mientras me imaginaba su cara cuando escuchase de lo que teníamos que hablar.
-Yo también necesito hablar contigo sobre algo importante para los dos, pero puede esperar. Entonces me voy, nos vemos, un besito para ti-
-También uno para tí- Colgué el telefono y me dirijí nuevamente al notebook.
Al final de la página aparecía una dirección de correo electrónico.
Si mando un mail, podré saber sobre la persona que escribió esta página ¡Y en una de esas nos podrá ayudar!
Sonó el timbre, me dirijí a abrir la puerta y ví a Alex con una cara de miedo.
-Hermana, descubrí mi don-
-Alex, descubrí otras dos cosas. Espera, ¿Cuál es tu don?- pregunté.
-Me...regenero, mira- Tomé su brazo donde le había hecho la herida, sólo quedaba una marca rosada casi invisible.
- En la página decía que los metamorfos de sangre rosada tienen dones exteriores en el cuerpo y que se llaman tamorfus, y los de sangre verde como yo tenemos dones mentales y nos llamamos memorfus. Aparte, tenemos una característica común: nos hacemos invisibles.- comenté.
-Annalis, ¿Me estás tomando el pelo?-
-Hermana eso nunca, es verdad, mírame.-
Me puse invisible, y me dí cuenta por la cara de asombro de Alex.
-¡Pero como haces eso!-
-Pienza en ser invisible y luego lo eres, encerio. Prueba- le dije mientras caminaba a mi cama.
Al entrar me recosté y mi hermana se fué directo al espejo.
-Uno...dos...tres- dijo, y ya no la vi más.
-¿Alex? ¿Estás ahí o te moviste? ¡No te veo! pero siento tu presencia-
-¿Ann? ¡Wii, soy invisible! Hey, esto en cierto grado es peligroso...- dijo.
-No creo, si se sabe usar...- En eso tocaron el timbre.
-Debe ser mi hombre-
Abrí la puerta y era mi Antonio. Me dió un beso corto y nos sentamos en el sillón abrazados.
-Y bueno, ¿Qué era lo que me tenías que contar?-
- Primero que todo ¿Crees en los seres mitológicos?-
- No me digas que conociste a un vampiro- Al escuchar esa palabra sentí un furor interno, qué extraño.
-No, es una simple pregunta-
-Simplemente pienzo que no debemos ser los únicos que pisamos esta tierra, tienen que haber más clases, así que creo en los seres mitológicos-
- Ya, y ¿Qué pasaría si conocieras a uno? O mejor dicho ¿Qué harías si siempre estuviste en compañía de uno?-
-Ann, me estás asustando ¿Puedes ir al grano?-
-Asegúrame que siempre me amarás pase lo que pase-
-Sabes que te amo, y pase lo que pase nunca te dejaré de amar, a todo esto, en la noche quiero que te arregles y te pongas linda porque te pasaré a buscar-
-No desvíes el tema, eso es lo que necesitaba saber-
-Si no me quieres contar ahora lo entenderé, pero luego me tendrás que contar- En ese momento me comenzó a hacer cosquillas en mi panza, y terminamos tirados en la alfombra uno encima del otro, riéndonos. Nuestras caras estaban tan cerca, sentía su respiración rozándome la piel, sus labios cerca de los mios. Él estaba pensando lo mismo que yo, que acercamos nuestros labios al mismo tiempo, y nos besamos. Cuando en eso siento que Alex llega y empieza a tocer.
-¿No pueden esperar a llegar al dormitorio siquiera?-
-Alex pesada no más...-
-Ah, hola Alex ¿Como andas?- preguntó Antonio, tan cortés como siempre.
-Aquí, descifrando cosas, bueno los dejo solos- y se fué a su dormitorio.
-¿A tu hermana le ocurre algo?-
-No, simples preocupaciones de la universidad, y bueno ¿En qué estabamos?-
-Ah, cierto- Nuestro beso siguió su curso, mientras comenzamos a girar en la alfombra. Necesitaba de su amor, de sus besos, de su todo. Él era mi angél caído del cielo, no podía ser mejor.
Puse mi brazo en su espalda y el hizo lo mismo. Luego cruzé mis brazos en su cuello, mientras nos poníamos de pie para sentarnos en el sofa.
Estábamos en nuestro momento único y especial cuando suena el teléfono.
-No atiendas, deja que Alex lo haga-
-No, puede ser importante y lo más probable es que Alex esté durmiendo-
-No atiendas- susurró en mi oido, y siguió besándome.
-Ya, dejame atender-
Contesté el teléfono y escuché una voz masculina.
-Aló, ¿Alex o Ann?-
-¿Quien habla?-
-Eduardo,¿Ann eres tú?-
-Si, soy yo ¿Que quiéres?-
-Necesito que ustedes se vengan a vivir conmigo, hoy las estaré esperando a la salida de tu edificio.-
-Papá,¿No esperarás que después de todos estos años vamos a volver a vivir contigo así como así sin más, verdad? Porque no puedes venir y decir que nos vayamos contigo ¡Yo tengo una vida, un trabajo y estudios que seguir aquí! Y créeme que Alex es la que menos querrá ir.
-¿Quieres saber qué eres?Entonces ven conmigo, a las ocho de la tarde estaré por alla, ustedes deciden.Adiós.- Y la comunicación se cortó.
Miré a Antonio. Tenía una cara llena de dudas. Yo también las tenía
¿Qué se suponia que tenía que hacer ahora?

viernes, 12 de junio de 2009

Mitología abierta (4)

Fuimos a ver la famosa película, pero en realidad no le presté mucha atención. Estaba más interesada en la cara de duda de Lucas, en el brazo que cruzaba por mi cintura, en el suave aroma que tenía su jersey verde, en su cobrizo pelo que se reflejaba con la luz de la película, en sus ojos verdes que me observaban cada cierto tiempo, y en muchas otras cosas que me hacían amarlo cada vez más. ¿Cómo es que un ser tan perfecto se fijó en alguien tan patosa como yo? En general era bastante torpe como humana, pero ágil siendo lobo, mi pelo y mis ojos café no tenían ningún llamativo ni nada, en realidad esto me resultaba extraño. Siempre pensé que nadie se fijaría en mí, pero Lucas lo hizo, y por eso me siento tan feliz y afortunada.
-¿Lista para nuestra cena?- Él era tan romantico, siempre cenabamos en algún lugar especial, con comida especial, todo adornado acorde con la ocación. Inclusive una vez unas personas tocaron con violines e instrumentos de ese tipo una canción muy hermosa para mí.
-Siempre lista- dije.
Pero en vez de irnos al centro de la ciudad, nos fuimos a un lugar muy apartado. Eran tres edificios similares, que seguramente eran hoteles o algo asi.
-¿A dónde vamos?- pregunté, ansiosa.
-Stephie, ¿Me harías un favor?- me dijo él, con cara de intentar convencerme.
-Depende de lo que quieras que haga, ¿Qué pasa?- contesté, con real confución.
-Cierra los ojos porfavor- me pidió. Yo inmediatamente los cerré, luego sentí una venda que me tapaba la visión. Lucas me tomó en brazos, luego sentí que ascendíamos por un ascensor. Me dejó en el suelo, y me quitó la venda de los ojos, tomó mi mano y me dijo:
-Ahora abre tus ojos- susurró en mi oido.
Los abrí, y vi una de las cosas más lindas que había visto jamás. Era un enorme arreglo floral que rezaba "Te amo Stephie", junto con un gran oso de peluche. Frente a esto, había una mesa redonda arreglada con un ramo de flores en un puesto, un arreglo foral en el medio, copas para beber, y otras cosas. Estaba apunto de llorar, como siempre.
-Lucas, es... tan lindo, muchas gracias- le dije, dandole un beso en sus cálidos labios.
-Sabía que te iba a gustar, bueno ¡A cenar! Debes de estar hambrienta- me susurró, con sus brazos cruzados en mi cintura.
Nos sentamos en silencio, intercambiamos algunas palabras que rezaban amor mutuo, y cuando terminamos, me llevé el peluche y unos ayudantes se llevaron el arreglo de flores. Lucas llevaba las rosas que me había dado mientras comíamos.
Cuando llegamos a la casa de la manada en el bosque, estaba todo en silencio.
-¿Habrá pasado algo? Esto es raro, son sólo las 10:30 de la noche y ya está todo en silencio.- dije
Lucas dejó las flores y el peluche en mi pieza, y me dijo:
-Te espero aqui, te conosco y sé que irás a ver que todo esté bien- Él si que me conocía, porque eso fue exactamente lo que estaba pensando.
Revisé la pieza de los gemelos Arwen y Azzuen, estaban durmiendo. En la pieza de mi padre, estaba todo normal. Zhak con Michael dormían como angelitos en sus respectivas camas. Frank y Christopher llegaban a roncar.
Volví a mi dormitorio, Lucas estaba recostado en mi cama con el televisor encendido, y me hizo señas para que lo acompañara.
Me recosté a su lado, el contacto que teníamos en ese momento era lo que más necesitaba. Pero sentía que faltaba más. En ese momento recordé mi velada especial. "Por el momento", había dicho en la mañana Lucas.
Con mi mano busqué su mentón para atraerlo a mí. Nuestros labios se juntaron en un beso ardiente. Cuando Lucas descubrió mis intenciones, comenzó a alejarse de a poco.
-Stephiiee...- me regañó.
-Dijiste "por el momento", tengo esperanzar aún.- dije.
-Stephie, pero... es que... no sé pero...- lo callé con un beso.
Me coloqué sobre su cuerpo, el beso cada vez subía más de tono. Finalmente, Lucas no resistió, y nos dejamos llevar por nuestro amor. Durante nuestro ardiente beso,las ropas volaron por el dormitorio. El roce de nuestra piel era cálido y suave a la vez, si había algo que me gustaba físicamente de Lucas era su piel suave. En los momentos que dejábamos de besarnos, cada uno decía el nombre del otro. Lucas me susurraba palabras de amor a mi oído, y yo se las devolvía de la misma forma. Nos amábamos y eso era lo único importante. Y así transcurrió la noche, nuestra noche, porque esa era la verdad, era nuestra noche especial de aniversario.

Sentí el sol de la mañana golpeando por mi ventana. Mi cabeza estaba en el pecho de Lucas, ya que podía sentir su corazón. Sintió cuando me desperté seguramente, porque comenzó a hablarme.
-Tienes buenas armas de seducción Stephie, eso no lo sabía, o realmente no quería darme cuenta- dijo.
- Yo creo que no querías darte cuenta- le respondí, con voz cansada y soñolienta.
- Te amo, y eso es lo único que importa- prometió.
- Sabes que yo también- Realmente Lucas era la persona más importante de mi vida, no podía vivir sin él. Es como si me quitaran mi corazón junto con mis pulmones, no podría vivir.
La noche anterior había sido una de las mejores de mi vida, ¿Eso me traería consecuencias? Hasta el momento no lo podía asegurar, pero seguramente algo traería de consecuencia todo esto.