Placeres Violentos (2)

En ese momento una ráfaga de viento cruzó por mi cara y despejó mi mente. Todo era muy confuso para mí en estos días, que mi padre haya vuelto sólo para arruinarme la vida diciendo que no soy humana, era para algo.
Mi hermana tampoco era humana, eso también se lo dijo, ya que cambiamos a los 20 años según él. Lo otro fue que mencionó muchas veces la idea que nos fuésemos a vivir con él. Debajo de todo esto hay algo encerrado, un problema o algo por el estilo.
Tampoco fue considerado a la hora de demostrárnos lo que nos decía, simplemente usó su don para que entendiésemos. Nadie se queda tranquila al escuchar una voz en tu mente que no es la tuya, ese es su don.
Por mientras me concentraría en conocer más sobre mí. De dónde viene mi especie, porqué somos así, qué enemigos tenemos, etc. Con lo de los enemigos podría hacercarme más al problema central, en una de esas.
Prendí mi notebook y abrí mi buscador preferido
-Metamorfos- tecleé.
Aparecieron muchas páginas, algunas mezclaban historias donde aparecían vampiros, fantamas, hasta dioses griegos. Pero hubo una que atrajo mi atención.
-Metamorfos y sus dones- decía.
Parecía una página común y corriente. Rezaba la historia de seres metamorfos y sus clases según sus dones. Dejé la página en una pestaña.
Alex iba a llegar de la universidad, así que fui a la cocina a preparar la cena. Estaba cortando los trozos de carne que iba a asar cuando siento que el cuchillo atravesó la piel de mis dedos. Solté el cuchillo y fui directamente al baño. En ese momento me dí cuenta de algo: mi sangre, que en un principio era roja como la de todos, comenzó a salir de un color verde con pintas rojas. Quedé paralizada. Escuché cuando mi hermana llegó, pero no pude recobrar los sentidos.
-¿Ann? ¡¿Ann dónde estas?!-gritaba Alex.
Pero no podía responder , no sentía mis piernas, y la sangre verde corría sin cesar.
Luego, Alex fue corriendo al baño al verme paralizada, vió la sangre y se asustó.
-Pero ¡Ann! ¿Qué te paso?¡Reacciona!-
Volví a sentir mis piernas, y recobraba de a poco los demás sentidos.
-Me-e co-corte l-los de-dedos- tartamudeé.
-Vamos, ven a mi pieza para vendarte-.
Alex, como siempre, intentaba esconder sus miedos, pero la conocía tanto que siempre me daba cuenta. A sus 25 años estaba a punto de egresar de medicina, por lo que conocía los cuidados médicos.
Alex debía de estarse preguntando si también tenía sangre verde. La verdad es que ya no entendía nada, estaba realmente confundida y no sabía qué hacer.
Eduardo sólo dijo que la metamorfosis se activaba a los 20 años, los cuales ya había cumplido hace 3 meses.
¿Tendré que irme con mi padre àra saber más?